Recuerdos
Cuando
vuelan recuerdos
con sonrisas del alma
Susurro
canciones que no han sido
Cuando
vuelo a rincones tan nuestro..
El
tiempo no existe...
Tus
ojos inquietos,
ardían
como sombra en llamas
Y
tus labios ingenuos
hermosas
como la flor de azalea
Tan
venenosas, pero dulces
como la miel de nuestros valles
Tus
cabellos tan intensos
como
el azabache en vuelo
esa
piel de canela parda
tostada
por sol de nuestro cielo
Ya
el rancho Celestina
se ha vuelto tapera
Pero
el tiempo no destruyó sus enredaderas
II
Cuando
comienzan las flores a pintar sus colores
La
primavera ha vuelto
pero
se han ido las caricias de tus besos
ni
tus ojos mimaran ya mis días
Ya
vuelan mariposas de muchos colores
El
lapachal, sollozan flores de oro
III
ya
es tiempo de aparearse,
las
miradas tienen más lumbre,
en
primavera
la
angustia es más excitante
pero
esperaré el invierno
para
recordar las primaveras
han
ido y vuelto primaveras
trashumando
nostalgias soterradas
el
verano con sus lluvias tempraneras
con
olor a adobe mojado, invade el alma
en
verano
los
rayos del amor calientan el alma
en
noches largas de estío,
te
busco en las estrellas más brillantes
en
noches de luna llena
cuantas
veces dibujé
tu figura en el horizonte
con
angustia infinita...
pero
vendrá el otoño,
me
gustan sus días grises
el
otoño con viento suave y hojas secas
traerá
sus propias tristezas y alegrías
nos
dirá que la vida,
son
momentos enlazados
la
hojarasca nutrirá la tierra
las
hojas serán más verdes en primavera
el
invierno nos dará noches escarchadas tardías
con
nieves ligeras para jugar
sin prisas, ni líos
con la blancura inocente
que caiga a montones
.
será
tiempo de meditar
junto
al fogón y atizar recuerdos...
pero
la promesa de nochebuena
que nunca me olvidarías
es
fuego que avivó todos los inviernos
tiempo en vano insistes en olvido!
el
espíritu de joven, el primer amor
los
momentos felices compartidos
son
eternos
tiempo
en vano insistes en olvido!
ese
tiempo maldito apuro del hombre
llama
ardiente que consume sin piedad
cómplice
que borra todas las ingratitudes de la vida
no desvanece las sonrisas del alma
IV
somos
otros cada día
sin
poder retener lo que fuimos
debemos
renacer cada mañana
de
todos nuestros afanes
haber
sentido el amor
regar
nuestros días
anegando
todas nuestras ansias
ya
no atañerá el tiempo ni el dolor,
el
alma descubrió sus bregas
el
relente del amor protegerá
nuestras hojas siempre verdes.
Setiembre
de 1975
LUIS
ROCA
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